¿Qué es un Arquitecto Empresarial?

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Los arquitectos empresariales se suelen confundir con frecuencia con los arquitectos de negocios, dos disciplinas que comparten perspectivas comunes, pero con filosofías y propósitos completamente distintos. Para zanjar estas diferencias y profundizar en qué es un arquitecto empresarial realmente y cómo pueden ser de utilidad para las marcas, se ha creado este contenido que no te puedes perder.

¿Qué es un arquitecto empresarial?: Definiendo los roles de este profesional

Los arquitectos empresariales son aquellos profesionales dedicados a la disciplina de la arquitectura empresarial o comercial. 

Esta es una rama de la arquitectura encargada de la construcción de espacios organizacionales (oficinas, interiores, puntos de ventas, fachadas corporativas, centro de datos, recepciones…) que reflejen la identidad de marca de las corporaciones o empresas y que además potencien los objetivos de marca.

Un arquitecto empresarial ayuda a vender, a transmitir mensajes de marketing mediante el diseño y a optimizar al máximo los espacios para incentivar la eficiencia operativa.

Esta es una profesión muy demandada en la actualidad, cuya efectividad está respaldada por los gigantes como Google, Amazon o Apple.

¿Por qué es necesaria la visión de un arquitecto empresarial?

Los arquitectos empresariales son capaces de extrapolar la imagen de marca de un negocio y llevarla a la cara más visible que existe: el edificio.

Aunque pueda parecer algo que dejarías en mano de un diseñador de interiores cualquiera, realmente se trata de una disciplina compleja que requiere un profundo entendimiento de materiales, funcionalidad, estética, psicología comercial y optimización del espacio, para crear entornos que transmitan el máximo bienestar posible a los clientes.

Un buen arquitecto empresarial puede hacer que un negocio concrete más ventas, enfocando de manera intencional productos estratégicos en un punto de venta, por ejemplo, o haciendo que un complejo de oficinas transmita seguridad y confianza.

Esto último es fundamental para entidades financieras, oficinas institucionales o centros de asistencia. 

Responsabilidades del arquitecto empresarial

Los arquitectos empresariales tienen una serie importante de responsabilidades a su cargo que hacen tan demandado a su perfil particular:

  • Se aseguran de que los espacios diseñados sean funcionales.
  • Garantizan el máximo bienestar posible a los usuarios del edificio.
  • Destacan puntos clave en la psicología y la semiótica de una marca.
  • Transporta el branding de un negocio a la parte más accesible para el cliente.
  • Se encargan de transmitir a los clientes: confianza, eficiencia y comodidad.
  • Garantizan que los diseños más ambiciosos fluyen perfectamente con el entorno.
  • Respaldan las necesidades de sostenibilidad de los proyectos.
  • Crean entornos eficientes y productivos.

Todo esto es posible gracias a un trabajo conjunto entre el profesional de la arquitectura y otros agentes claves cercanos a la marca como los especialistas de marketing, los equipos directivos y los CEO de las empresas.

Conocimientos y habilidades

Los arquitectos empresariales tienen una serie de competencias únicas que les hace destacarse en su área. Entre su perfil general se suelen encontrar destrezas y conocimientos como:

  • Estética y estilo arquitectónico avanzado.
  • Manejo avanzado de materiales y sistemas de construcción de última generación.
  • Capacidad para la producción de proyectos y remodelaciones.
  • Conocimiento profundo sobre la dinámica consumidor/edificio.
  • Capacidad de optimización espacial.
  • Manejo de conceptos básicos de marketing y de identidad de marca.

Todas estas habilidades les permiten a los profesionales acercar a las empresas a sus objetivos tanto de imagen como de negocios.

¿Para quién trabaja un arquitecto empresarial?

Los arquitectos empresariales trabajan de la mano con líderes de marca que ven en su edificio el potencial para optimizar las tareas diarias, atraer clientes y transmitir su identidad corporativa.

Esto engloba desde pequeños negocios como tiendas especializadas, hasta altos perfiles corporativos como entidades financieras y complejos de oficinas.

No hay un límite real para este profesional en cuanto al tamaño y los objetivos de las empresas para las que puede trabajar. Sin embargo, hay que considerar que su trabajo consta de la remodelación y diseño de espacios, por lo que su libertad creativa dependerá del presupuesto destinado para tal fin.

Por suerte, el mercado ha avanzado mucho en cuanto a la creación de materiales duraderos, sostenibles y de bajo coste. Esto facilita la formulación de proyectos factibles para las marcas más pequeñas y visionarias.

¿Por qué contratar a un arquitecto empresarial?

Un arquitecto empresarial tiene mucho que aportar a las organizaciones, ya que su rol va más allá de la simple construcción de edificios fríos, como lo haría la perspectiva de la arquitectura clásica. 

Su trabajo consiste en adaptarse a las nuevas tendencias para penetrar en la mente de los consumidores y mejorar su percepción de las organizaciones.

En este sentido, hay muchas razones que justifican de sobra la contratación de un arquitecto empresarial. Por ejemplo, este profesional:

Optimiza el espacio de la organización

Del mismo modo en el que un constructor gestiona los espacios para maximizar la distribución de las distintas áreas en un edificio, un arquitecto empresarial comprende en profundidad los procesos y dinámicas subyacentes a un negocio para optimizar los espacios interiores.

Esto garantiza fluidez en el trabajo, integración entre departamentos, mejora la comunicación y optimiza los procesos relacionados con el transporte y la transmisión de información.

Un arquitecto empresarial usa como eje central de su obra la eficiencia operativa y esto se refleja en los diseños.

Impulsa las ventas y mejora el crecimiento

Al distribuir adecuadamente los espacios, un arquitecto puede lograr muchas cosas concretas en los clientes.

El uso de las luces, por ejemplo, sumado con el diseño de anaqueles adaptados sensorialmente a la dinámica consumidor/negocio, permiten que el público objetivo se fije en zonas concretas, para que experimente sensaciones positivas que incentiven la compra.

Esto ayuda, entre otras cosas, a vender más.

En lo que respecta a las marcas con dinámicas de ventas más corporativas, una sede que transmita confiabilidad ayuda a cerrar tratos de manera más eficiente.

Todo esto puede lograrse desde la perspectiva de un arquitecto empresarial.

Atrae, engancha y fideliza clientes

El diseño de las fachadas forma parte esencial de cualquier imagen de marca orientada a la venta directa al público.

Pero el trabajo del arquitecto empresarial va un paso más allá y además de llamar la atención del público, atrayendo más clientes; los engancha incorporando elementos clave en el diseño que aluden a su psicología particular y finalmente los fideliza usando el edificio como una forma de expresión de la marca.

Estos tres factores clave son una de las principales razones de peso por las que contratar a un arquitecto empresarial es una buena idea.

Facilitan la adaptación de las marcas

El mercado moderno se actualiza constantemente y las marcas de éxito deben tener un margen de mejora para el crecimiento y la incorporación de nuevos modelos tanto de imagen como tecnológicos, para poder cumplir con las perspectivas más demandantes de sus clientes.

Los arquitectos empresariales pueden desarrollar reformas de imagen que respondan a estas adaptaciones, para traer frescura y modernidad a las marcas.

Esto no solo mejora el nivel de satisfacción del cliente, sino que permite a las empresas seguir creciendo.

Ahora ya sabes qué es un arquitecto empresarial y todas las razones por las que se ha convertido en un perfil tan demandado en el mundo moderno. Si quieres conocer profesionales de alto calibre en arquitectura empresarial, no dudes en contactarnos para sacar adelante tus proyectos.

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